FALLECE JOSÉ ÁNGEL DE LA CASA, EL GRAN PERIODISTA DE LOS CERRALBOS Y LUCHADOR CONTRA EL PARKINSON

Jesús Olmedo/Talavera de la Reina, 5 de mayo de 2025.- Se apagó la mítica voz de José Angel de la Casa. Como un presagio y también en lunes, cuando España se apagó del todo. Y después de Manolo y su bombo.

El histórico, maestro y leyenda del periodismo deportivo de este país, se marcha, sin quejarse, sin hacer ruido, a los 74 años, de una neumonía y de todos los ataques que la enfermedad del parkinson ha ido dejando en su cuerpo los últimos años de su vida.

Natural de Los Cerralbos, su pueblo toledano al que regresó después de su jubilación de RTVE, será recordado en varias generaciones por poner voz a las retransmisiones de inumerables pruebas deportivas nacionales e internacionales, sobre todo de fútbol, con aquel verbo claro pero conciso, directo y ecuánime, que le hicieron valedor de una narración impecable y que ahora, en muchas ocasiones se echa de menos.

Todos le recuerdan, sobre todo los más jóvenes y por haber sido tan recurrente,  de aquel momento del 12-1 de España a Malta y el inolvidable “¡gol de Señor!” del Tofo, como le llámaban sus amigos y los de la profesión. Pero no, él se sentía más satisfecho y cogía carrerilla para enumerar la larga lista de retransmisiones, sus más de 300 encuentros narrados entre 1979 y 2007, mas de dos mil retransmisiones, seis históricas finales de los Mundiales, seis Juegos Olímpicos, Copas de Europa, o finales internacionales de atletismo que retransmitió y que están en las vitrinas de su vida,  junto con los partidos que contó de «su» Selección y la de todos.

Ha sido la voz y la imagen de muchos éxitos del deporte español en todas sus facetas mas allá de 3o años, tuvo la gran responsabilidad de dirigir los deportes y su estructura informativa y económica en Televisión Española, donde descubrió y apoyó a muchos de los rostros y periodistas habituales de la información deportiva de la televisión pública, y apostó por incluir en la programación otros deportes, cuando sólo había una televisión en España, creando escuela.

La radio fue su otra pasión, donde empezó todo, en aquella Radio Peninsular, para después entrar de lleno en RNE donde comenzó una carrera de fondo, para pasar a la tele donde retransmitió el Campeonato de España de atletismo en 1977, concluyendo su extraordinaria etapa, narrando a la selección española ante Islandia en 2007, junto a Julen Guerrero como comentarista.

Aquella noche volvió a demostrar su discreción, esa sensatez que tenía para hablar con tacto, sin alaracas, y despedirse, sin pedir homenajes, como un trabajo más, como un partido más en su cuaderno de notas, sabiendo que era el último de una grandiosa y respetada trayectoria profesional.

De la Casa presentó y dirigió programas como Estudio Estadio, el espacio referente para una España que cambiaba del blanco y negro al color verde del cesped de los campos, además de Polideportivo o Tiempo y Marca, referencias deportivas de los españoles en la pequeña pantalla donde José Ángel informaba de forma cercana y equilibrada, sin opiniones particulares, de los resultados y acontecimentos deportivos de interés.

Su Premio Ondas, los reconocimentos que le llegaron a lo lago de su vida, han sido reflejo del respeto que la sociedad española, el periodismo y el deporte le han brindado al toledano, que en 2023, al recibir un gran homenaje del diario Marca, comentó que se quedaba con las ganas de «presentar un Telediario y jugar, al menos, un minuto con la camiseta de la selección española», los colores que siempre llevó muy dentro, como los del Talavera Club de Fútbol, el equipo de su tierra en el que jugó a mediados de los 70 en tercera división, y que tras lesionarse en la rodilla tuvo que dejar para continuar sus estudios de periodismo.

José Ángel nos deja grandes lecciones de comunicación en los medios, en unos tiempos convulsos y de cara al espectáculo, donde un periodista no tiene rubor al ponerse la camiseta de un equipo, tema tabú e impensable en su tiempo en décadas pasadas, y que hoy proliferan porqué quizá, el mundo está en constante cambio, y quizá, tenga que ser así.

Por su parte, no dio pie a que nadie dijera que era del Madrid, del Atleti o del Barça, y si lo dijeron, no fue por sus comentarios ante el micrófono, siempre medidos, en una televisión imparcial, sin críticas para no herir, con el valor de la información como argumento principal y narrando como él decía, algo muy difícil, «es muy complejo contar algo que está viendo la gente, hay que ceñirse al dato, a lo que está pasando y quien la lleva, no a la opinión personal», de ahí el juego y el aporte que tanto le dieron Di Stéfano, Juanito, Michel o Julio Salinas como comentaristas convertidos después en grandes amigos, como Garci, Serrat e innumerables deportistas y personalides de todos los ámbitos que le apreciaban y querían por su calidad humana.

Fue discreto y comedido, también en la vida y con los demás. Ni una palabra más alta que otra, ni un cabreo y mejor pasar página y dejar que escampe. Tras concluir su carrera en TVE por una regulación general en la plantilla del Ente que respetó, aunque asumiendo que «lo que invirtieron en nosotros, tantas enseñanzas, tanta experiencia acumulada, y con poco más de 50, cuando sabes todo de la profesión y ahora te jubilan…».

Su vida cambió también con la aparción del parkinson, al que se enfrentó con dedicación. Descubrió que el golf ayudaba a que su fuerza motriz se recuperara practicando un deporte que le dio muchas satisfacciones, para su salud, y encuentros y torneos para reecontrarse con amigos, periodistas y deportistas que tanto compartieron con él en días de gloria. Luego estaba el pueblo, Los Cerralbos, donde luce lo que mejor podía tener, una instalación polideportiva con su nombre, en el que le homenajearon con el título de Hijo Predilecto, y donde recuperó tanto tiempo perdido con sus hermanas, con el Lute, con la gente del lugar y donde fue feliz incluso como agricultor, sembrando almendros.

Tuvo tiempo para realizar una colaboración en un programa dedicado al campo, la agricultura y lo rural en nuestra emisora, La Única Fm, se llamaba Alborada, sorprendiendo  por sus conocimentos de un mundo, el del campo, que tanto respetaba. Dio visibilidad al parkinson con diversas acciones y un documental: «Un Señor de la Casa», donde describía como era convivir con la enfermedad y normalizarla. Hasta con la dolencia se llevó bien, para activar la memoria y la palabra se montó un karaoke en el salón para interpretar las canciones de su playist particular. Nunca se quejó, «ni una mala cara» como comenta Javier, su hijo menor, definiendo la condición de hombre tranquilo y sencillo, pero consciente de la carga que llevaba encima y que hacía que su cuerpo se iba haciendo cada vez más pequeño, tembloroso y frágil.

El legado de José Angel de la Casa en el mundo de la comunicación es muy reconocido, el personal le deja siendo enormemente orgulloso de que sus dos hijos, Juan Manuel y Javier siguieran su estela, incluso su estilo, también de muy buena gente. Los últimos tiempos antes de despedir su retransmisión de la vida, los pasó cerca de ellos, ha tenido al lado, cuidándole, a su verdadero tesoro, sus dos varones, y a la madre de ambos, Mari Carmen, ejemplo de gran mujer, de compañera y de madre en todos los sentidos.

Para una gran mayoría, la de la generación actual, se apaga la voz del gol de Señor, para nosotros, los que tuvimos la suerte de vivirle y disfrutarle tantos años, se nos va un Señor que pasó por nuestra vida haciendola más tranquila, más calmada, mas humana. Sin ruido. Sin estridencias. Sin quejarse de nada. Así se ha ido este 5 de mayo a los 74 años, este señor de la casa, el hijo del tío Longino el barbero de Los Cerralbos, José Ángel de la Casa, del que aprendimos «que habia que hacer lo maximo…con lo que tienes».