AGUSTINA DE TALAVERA, ALCALDESA
La interminable noche electoral del 26 de Mayo será recordada por la consecución de un sueño: el de Agustina García Élez, el sueño de Tita, el de ser alcaldesa de su ciudad, Talavera de la Reina. Tras una agotadora campaña electoral, que tuvo que atravesar los últimos días con un brazo en cabestrillo debido a una leve caída por las constantes prisas de llegar a todos sitios, con algún achaque también por un trabajo incansable asumiendo dos campañas seguidas, la recompensa le vino con el incesante recuento de votos que a primeras horas le otorgaban una mayoría apabullante, que después pasó a constante y que al final fue determinante. Determinante para gobernar con holgura, sin muletas, sin acompañamientos ni pactos, y poder llevar a cabo el proyecto que llevaba en su programa de gobernar Talavera con el corazón, pero sobre too con los proyectos que tiene.
Ahora será el momento de comprobar el después. El día después de cuatro años de gobierno popular con pocas acciones para una ciudad que necesita como el comer, un cambio de rumbo y actitud en la gestión. Los talaveranos han votado si a Tita y a Emiliano por cambiar. Por ver si con un gobierno del mismo signo en la región, de ahí el contundente apoyo a Page, las cosas van a la par. Y si el gobierno central, también socialista, se acuerda, Talavera podría tener otro horizonte.
Si 18.000 personas en Talavera han votado a Tita, es porque también algo ha hecho mal Jaime Ramos. Y Unidas Podemos, y Ciudadanos, y Vox y Por Talavera. Porque a otros hay que obviarlos, no es que ganen o pierdan, es que ya no cuelan. Las elecciones dicen que no se ganan, se pierden. En parte porque los proyectos o no apetecen, o no convencen, o la cara del cartel no es del gusto de la mayoría.
A la una y media de la madrugada, cuando nuestro compañero Jesús Olmedo llevaba ante el micrófono sin parar 4 horas de otra radiofónica noche electoral, Tita García Élez entraba en la antena de LA UN1CA FM emocionada, casi llorando. A la pregunta de Olmedo sobre de quién se acordaba en ese momento, Tita fue categórica. De su padre, recientemente fallecido, al que le hubiera llenado también de emoción ver a su Tita, proclamada alcaldesa. Y no de cualquier manera. Con casi el 50 por ciento del electorado a favor, y con una mayoría en la representación municipal que le permitirá llevar las riendas de la ciudad con un proyecto que ahora tiene que ver la luz.
La historia de Agustina de Aragón, cuenta que durante el asedio de Zaragoza, tras haber caído heridos los defensores de la puerta de la ciudad, y cuando las tropas francesas se aprestaron a tomarla a la asalto, la mujer, tomando la mecha de manos de un artillero herido, consiguió disparar un cañón sobre las tropas que corrían sobre la entrada. La leyenda cuenta que los asaltantes se batieron en retirada. Había nacido el mito, el de una mujer que, en un momento en que eran necesarios los ejemplos de heroísmo, pasó a ocupar un lugar destacado en la historia de España.
Ahora las tropas que acechan desde hace tiempo a la ciudad son las de la crisis permanente, la desinversión e incluso las del desánimo. Esperamos que Agustina, la de Talavera, encienda la mecha.