LA AMBICIÓN Y EL ARTE DE MARCO PÉREZ Y PEDRO RUFO, IMBATIBLES BAJO LA LLUVIA DE TOLEDO
Redacción/Fotos: J.L. Cárdenas/Toledo, 14 de abril de 2025.- Emocionante fue la tarde del sábado 12 de abril. Ni la lluvia persistente ni el terreno encharcado pudieron detener el ímpetu de las dos grandes promesas del toreo, Marco Pérez y Pedro Rufo, quienes el pasado sábado se erigieron como protagonistas, y también como héroes, de una jornada inolvidable en la Plaza de Toros de Toledo. Frente a una afición valiente y comprometida, la solidaridad encontró su mejor expresión en el ruedo, mientras la arena mojada de un piso de plaza imposible, fue testigo de una tarde llena de talento, coraje, valor y grandes emociones.
Marco Pérez, el joven salmantino que sigue deslumbrando en cada aparición, mostró una vez más por qué su nombre está destinado a figurar entre los grandes, con el próximo compromiso de su encierro con 6 novillos en Las Ventas y la recompensa de una alternativa que ya llega. Su entrega, poderosa y elegante, quedó patente a lo largo de toda la tarde. Con tres orejas conquistadas, se ganó el respeto y las ovaciones de los tendidos de la Plaza de Toledo con un público entregado. Desde el inicio, fue una exhibición de técnica y templanza: toreó al natural con un ritmo que encendió el coso, cerrando cada faena con momentos de auténtica intensidad y un manejo preciso de la espada. Particularmente memorable fue su faena al quinto de Montealto, donde, de rodillas en el barrizal, conectó profundamente con el público, mostrando una seguridad aplastante y cerrando con dos orejas para sellar esa maestría, por la que ya tiene un sitio reservado en la futura historia de la Tauromaquia.
Por su parte, Pedro Rufo enfrentaba un desafío especial: su debut con picadores. Como afirmó en el brindis del primero a su paisano y gran apoyo, Enrique Muñoz, en el micrófono de CMM que retransmitió el festejo en directo, «este es el novillo más importante de mi vida hasta el momento», y lejos de ceder ante la presión, el de Pepino lució una imagen seria y madura que dejó una profunda impresión en la afición. Su faena al cuarto, cimentada sobre la derecha, combinó firmeza y entrega, logrando arrancar una oreja que coronaba una actuación tan intensa como solvente. Con el sexto novillo, Rufo alcanzó momentos de gran profundidad, mostrando clase y mando al torear en redondo, mientras desplegaba verónicas de exquisito trazo. Aunque la lluvia y el acero intentaron frenar su triunfo, Rufo salió victorioso, con una oreja en mano y a hombros, celebrando su entrada en el circuito con picadores.
Especial mención merece la novillada de Montealto, cuya presentación, peso y juego estuvieron a la altura de la cita, incluso desafiando las adversas condiciones del ruedo. La calidad y codicia de sus ejemplares elevaron el nivel de la tarde, destacando especialmente en los novillos lidiados en cuarto, quinto y sexto lugar.
La tarde fue una conjunción perfecta de arte taurino y solidaridad, con la plaza acogiendo un evento en favor del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Poco más de media entrada desafiando a la intemperie, dejando claro que la afición taurina sabe responder a las causas nobles. Los acordes del Himno Nacional al inicio del paseíllo dieron paso a una jornada que quedará grabada en la memoria de todos los presentes, debido a los dos protagonistas del mano a mano, que demostraron ambición y ganas en un compromsio que decidieron enfrentar.
Plaza de Toros de Toledo. Novillada con picadores a beneficio de la Fundación del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Media entrada. Seis novillos de Montealto, bien presentados y de buen juego. Marco Pérez, oreja, ovación y dos orejas; Pedro Rufo, ovación, oreja y oreja. Tras el paseíllo se interpretó el Himno Nacional.